Andreu Dotti, cofundador de Innovamat, ha sido galardonado con el premio CreaEmpresa de la Fundació Princesa de Girona
La etiqueta EdTech en las empresas está de moda. Son muchas las compañías y startups que, incluso sin tener un producto completamente listo, se apresuran a decirse miembros de este sector. Pocas son ya las firmas que pueden presumir de ofrecer un producto que, aún pisando claramente el campo EdTech, deciden ir más allá y ofrecer un producto real basado en la investigación docente y con un éxito más que demostrado tanto cualitativa como cuantitativamente.
No hay mejor ejemplo para este selecto grupo de empresas que Innovamat, la compañía con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) que propone una solución integral para el enseñamiento de las matemáticas en las aulas. El éxito del proyecto, que echó a andar en 2017, lo avalan sus estratosféricos números. En apenas ocho años de trayectoria, más de 2.300 colegios de nueve países confían en la empresa catalana, que llega ya a cerca de medio millón de alumnos. Prácticamente, nueve de cada diez profesores que usan esta solución valoran positivamente a la empresa, que ha logrado mejorar un 11% los resultados de matemáticas en las pruebas de competencias básicas de Catalunya en sexto de primaria.
Tampoco le han hecho falta ni 10 años de andadura para recibir reconocimientos de todo tipo, desde el Cercle de Economia a la Cambra de Comerç de Terrassa pasando por el último, y quizá el más destacado de todos sus galones hasta la fecha: el premio ‘CreaEmpresa’ de la Fundació Princesa de Girona. En una gala por todo lo alto celebrada el pasado miércoles en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, uno de los cofundadores de la empresa, Andreu Dotti, pudo recoger el premio directamente del rey Felipe VI y tuvo la oportunidad para explicar qué lo llevó a intentar revolucionar el enseñamiento de las matemáticas.
“No me gustaba ir a la escuela. Cuando iba a segundo de primaria me diagnosticaron dislexia, hiperactividad y déficit de atención e interpreté que era tonto, que no servía”, explicó Dotti en el video de presentación de su premio. Ya ante una platea repleta de figuras como el president de la Generalitat Salvador Illa o el Ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, entre muchos otros, Dotti contó cómo pudo superar ese estigma que se había autoimpuesto y emprender para que otros niños no pasaran por lo mismo.
💬 Y, como dice Andreu:
— Innovamat (@innovamat_es) July 25, 2025
“A todos los jóvenes que dudáis, que aún no habéis encontrado vuestro lugar: no dejéis de buscar. La pasión y el aprendizaje os llevarán más lejos de lo que podáis imaginar.”
🙌 Enhorabuena, @andreudotti, y a todos los que hacéis posible que las… pic.twitter.com/qZKbCkak6s
“Me di cuenta de tres cosas: todo el mundo es diferente, todos tenemos una pasión y con esfuerzo todo el mundo puede”, resumió Dotti, evocando su infancia en el pequeño pueblo catalán de Vacarisses.
Rondas multimillonarias
Sobre el papel, donde más implicación tiene Innovamat es sobre el profesorado, si bien es cierto que los alumnos participantes han de contar con un cuaderno de la empresa –cuyo precio ronda los sesenta euros–. Los enseñantes reciben una guía docente, además de varios recursos educativos como tabletas digitales y aplicaciones que proponen una educación competencial –“entendiendo el porqué de las matemáticas”–.
Las mentes tras Innovamat, más allá de Dotti, son Isaac Sayol, que estudiaba Puentes y Caminos con él y Àlex Espinet, que estudiaba Informática. Muy pronto en el proyecto se unieron Laura Morera y Cecilia Calvo, profesoras e investigadoras docentes, que aportaron su ‘expertise’ a la solución pedagógica de la empresa.
Y no se puede decir que la apuesta les haya salido mal. El 2023 facturaron más de 16 millones de euros y cerraron una ronda de inversión de casi 21 millones más. Entre los fondos que ven margen de crecimiento a la empresa catalana se encuentran Kibo Ventures, Reach Capital y Bonsai Partners.
